jueves, 16 de septiembre de 2010

A 34 años de la Noche de los Lápices

La oscuridad se quebró
un fino haz de luz atravesó sus miradas
y un rayo voraz de razón
fragmentó los espíritus.

Alzaron los ojos vidriosos
temblaron como hojas agitadas por el viento,
era el miedo que antecede al horror
que se apropió de sus conciencias.

El odio se materializó en violencia,
las palabras murieron en la tortura
y esas jóvenes vidas anhelantes,
quedaron inmersas en espanto y amargura.

El bastón cayó impunemente,
sobre las frentes vírgenes
mutilando la esencia,
truncando la inocencia.

Los lápices hablaron,
los bastones golpearon...

Melina Jaureguizahar

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