lunes, 13 de septiembre de 2010

Callas

Callas,


más tus manos hablan,


cobran vida,


recorren mi figura,


adormecen mis miedos,


contienen mi ser,


ductilizan mi alma.





Callas,


y en ese silencio


me tomas por sorpresa,


retienes mi cintura


y te aferras a ella,


como un náufrago


a su tronco.





Callas,


y me siento la reina


de la pronta alegría


de tenerte en mi vida


mi desborde sexual.





Callas, callas, callas...





Melina Jaureguizahar Serra

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