lunes, 23 de agosto de 2010

Verte

Verte es vencer la inmensa perversidad de ausencia, a la que el universo nos condena.

Verte, oír tu voz, ese susurro cómplice, que me dice que estás, que no te has ido, que no está mal quererse a contramano.

Verte es amanecer en medio de la noche, descubrir las penumbras de la madrugada, con la chispa sagrada de tu sexo y el mío. Arriarme e izarme en tu cuerpo, desatar las pasiones, dejarlas galopar sin riendas, mientras me pierdo en los infinitos horizontes de tu piel amanecida en mi cama.

Verte, tocarte, es derrotar el cansancio del cuerpo, para nacer en tus labios, para parirte en un beso, y regalarnos la vida, en solo un instante.

Verte, es resucitar después de siglos sin vos, vencer inconmensurables planicies de ausencias y distancias. Derrotar la muerte, celebrar la vida.

Verte es poner a volar, todas las mariposas del mundo, en una solemne danza que se pierde en el origen de los tiempos, y renace cada día en el beso de los enamorados.

Verte es la calma, la paz del guerrero, el reposo manso después del fragor de la lucha, es saltar barricadas para llegar a tus brazos. Derrotar el miedo a la orfandad, al desamparo y al abandono, para cobijarme en tu manantial de besos que inundan, desbordan, se derraman.

Verte es olvidar mis miserias, transformar en triunfos todas las derrotas. Dejarme vencer triunfante, bendecir el amor, el encuentro.

Verte es caminar por las cornisas, en equilibrio por el filo de mi alma agitada, de mis venas hinchadas, palpitando furiosas, preñadas de la adrenalina que se gesta en la cercanía de tu cuerpo con el mío. Es saltar al vacío, sin caer, cómo si la gravedad les fuera ajena a los amantes.

Verte es sentir, cómo se eriza la piel en todo el cuerpo, y el calor sonroja las mejillas, y el pulso se acelera, y la sangre se subleva, y el amor llama; no invita, obliga. Es sentir que somos sólo deseo. Animales en celo en una noche insomne, en la que el único camino es recorrer tu cuerpo.

Verte es revivir para volver a morir, y renacer, y morir otra vez, con cada orgasmo, cubriendo tu piel y la mía de las mieles que tu amor inventa para mí.Verte es el amanecer y el ocaso, el sol y las estrellas.

Verte es igual a sin aliento. Naufragar en vos, emparejar mi larga lista de amaneceres impares. Entibiar los inviernos en los umbrales, saciar el hambre, la sed y la congoja.

Verte es desatar tempestades, resistiendo rutinas, cancelando miedos, derrotando el horror de la pequeñez humana.

Verte es detener los relojes, bajarse del mundo, llegar hasta el final del universo en fuga.

Verte es sudar poesía y música.

Verte, tan solo verte, y seguir.

Natalia Jaureguizahar

No hay comentarios:

Publicar un comentario