viernes, 23 de julio de 2010

Mujer golpeada a su almohada

La noche había transcurrido entre golpes y gritos, más su eterna crueldad no pudo hacer que baje mi mirada. Lo desafié hasta el cansancio.
De repente su puño enfermo impactó mi mejilla. Caí al suelo. Durante unos minutos solamente escuche latir mi corazón. Entonces comprendí que estaba agotado de tanto maltrato.
Como pude me arratré hasta la cocina, tromé un cuchillo, y no dudé en dar fin a tal tortura.
Ahora, sueño con volver a ser libre, aunque en parte, ya lo logré.

Melina J

No hay comentarios:

Publicar un comentario